Dentro del perímetro amurallado, el Rey conseguirá unir los tres burgos importantes de la ciudad: el famoso centro religioso, administrativo y judicial conocido como la Cité, en el que se encontraba la residencia real y la Catedral de Notre Dame; la Villé, centro económico y la Université, ambos junto al río Sena.
Con el paso de los siglos, las muralla perdió la utilidad por la que se creó, y los habitantes de la ciudad las aprovecharon como parte de los muros de sus propios hogares. Iniciando con ello la construcción de viviendas en ambos lados del cercado. Y así lograron la invisibilidad y protección de sus materiales.
En la actualidad, los 7 metros de elevación en la que se encuentra la ciudad sobre el suelo medieval hace que podamos disfrutar de lo que fue la gran defensa parisina en los subterráneos de la ciudad.
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